Por Martín Vergara*
(Desde El Bolsón -Río Negro-) “Además, quiero agradecer a la señora que hizo las 250 empanadas que nos comimos este mediodía”, dijo “Pipi” Piazzolla mientras transcurría el tupido cierre de la primera jornada del Festival Bolsón Jazz.
Y es que este es el espíritu real de un Festival autogestionado a pulmón por la asociación civil PatagoniaJazz. Desde las señoras que en el comedor de la escuela preparan para dar de vivir a una tropa de hambrientos, hasta los pibes que armaron la carpa-escenario, las luces y el sonido. Todos colaboran con una esencia de clan feliz.
A los chicos de Chau Coco les tocó la dificil tarea de romper el hielo ante un público que todavía no se animaba a pagar su entrada, puesto que los años anteriores el Festival fue libre y gratuito.
Pero de a poco el público se fue acercando a la carpa. La presencia del Power jazz trío, un grupo del oeste del gran Buenos Aires muy prolijo, marcó el pulso de la jornada e hizo poblar las sillas en procura del plato fuerte de la noche.
El reloj indicaba la hora 21 y el atardecer insistía en quedarse. Mientras el último rayo rojizo iluminaba el Piltriquitron, el público comenzó a llegar en bandada; un público variado en edades, pero inconfundible en el estilo bolsoniano.
El puesto de cervezas artesanales era furor en la previa y algunos policías caminaban como perros guardianes de vaya a saber qué.
Antes del cierre, "Pipi" Piazzolla realizó una charla y dio una clínica de batería en la que participaron muchos estudiantes. Mientras tanto, el resto de los Escalandrum paseaban relajados y algo arrebatados por el sol de la tarde que los había cacheteado en el Lago Puelo.
Finalmente, cerca de las once de la noche, Escalandrum dio un show contundente ante una carpa colmada y un sonido impecable que dejó a todos muy satisfechos.
El sábado encontró al pueblo tomando helado y escapándole a un sol que por momentos se ponía duro. La plaza Pagano era una postal de El Bolsón: sábado -lindo día- y gente por todos lados.
En la carpa, Juampy Juarez dio una clínica de guitarra y la Chulengo Jazz Band (banda de Comodoro Rivadavia) fue la encargada de servir el vermouth. Con la noche encima, el cordobés Lucas Acuña y su trío hicieron un set muy atractivo para un público que se preparaba para ver a los esperados brasileños.
Jazzafinado es el nombre del grupo que cerró la jornada del sábado con una muy buena repercusión entre el público, que no paró de pedir bises hasta casi la una de la mañana.
La Jam session en el Centro Cultural Galeano encontró nuevamente a los músicos, pero esta vez, en una zapada infinita entre fernet y fernet que continuó en la Casona con los muy enérgicos Pollera Pantalón.
*Productor General de Jade, jazz y otras músicas.
Para ver las fotos del Festival, ingresá al Facebook de Jade Jazz!
(Desde El Bolsón -Río Negro-) “Además, quiero agradecer a la señora que hizo las 250 empanadas que nos comimos este mediodía”, dijo “Pipi” Piazzolla mientras transcurría el tupido cierre de la primera jornada del Festival Bolsón Jazz.
Y es que este es el espíritu real de un Festival autogestionado a pulmón por la asociación civil PatagoniaJazz. Desde las señoras que en el comedor de la escuela preparan para dar de vivir a una tropa de hambrientos, hasta los pibes que armaron la carpa-escenario, las luces y el sonido. Todos colaboran con una esencia de clan feliz.
A los chicos de Chau Coco les tocó la dificil tarea de romper el hielo ante un público que todavía no se animaba a pagar su entrada, puesto que los años anteriores el Festival fue libre y gratuito.
Pero de a poco el público se fue acercando a la carpa. La presencia del Power jazz trío, un grupo del oeste del gran Buenos Aires muy prolijo, marcó el pulso de la jornada e hizo poblar las sillas en procura del plato fuerte de la noche.
El reloj indicaba la hora 21 y el atardecer insistía en quedarse. Mientras el último rayo rojizo iluminaba el Piltriquitron, el público comenzó a llegar en bandada; un público variado en edades, pero inconfundible en el estilo bolsoniano.
El puesto de cervezas artesanales era furor en la previa y algunos policías caminaban como perros guardianes de vaya a saber qué.
Antes del cierre, "Pipi" Piazzolla realizó una charla y dio una clínica de batería en la que participaron muchos estudiantes. Mientras tanto, el resto de los Escalandrum paseaban relajados y algo arrebatados por el sol de la tarde que los había cacheteado en el Lago Puelo.
Finalmente, cerca de las once de la noche, Escalandrum dio un show contundente ante una carpa colmada y un sonido impecable que dejó a todos muy satisfechos.
El sábado encontró al pueblo tomando helado y escapándole a un sol que por momentos se ponía duro. La plaza Pagano era una postal de El Bolsón: sábado -lindo día- y gente por todos lados.
En la carpa, Juampy Juarez dio una clínica de guitarra y la Chulengo Jazz Band (banda de Comodoro Rivadavia) fue la encargada de servir el vermouth. Con la noche encima, el cordobés Lucas Acuña y su trío hicieron un set muy atractivo para un público que se preparaba para ver a los esperados brasileños.
Jazzafinado es el nombre del grupo que cerró la jornada del sábado con una muy buena repercusión entre el público, que no paró de pedir bises hasta casi la una de la mañana.
La Jam session en el Centro Cultural Galeano encontró nuevamente a los músicos, pero esta vez, en una zapada infinita entre fernet y fernet que continuó en la Casona con los muy enérgicos Pollera Pantalón.
*Productor General de Jade, jazz y otras músicas.
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