Media cuadra de cola sobre la coqueta Reconquista peatonal finalizaba en la entrada del Lounge Bar. Allí, prolijas mesas esperaban a la contienda jazzera dispuesta a disfrutar del cierre de la primera noche del Buenos Aires Jazz 09. Durante la tarde, Fred Hersch (pianista norteamericano reconocido internacionalmente), había brindado una magnífica master class y luego, durante la nochecita, deslumbró con su trío al público porteño en el teatro Presidente Alvear.
Pero la noche de bienvenida tenía todavía algo entre las manos. Primero, el Noneto se encargó de ablandar a un público un tanto molesto con la organización: la capacidad del Lounge Bar es limitada y escasa ya que no se permite que haya público de pie, por ende, mucha gente quedó esperando en la puerta la posibilidad de ingresar (una posibilidad que nunca llegó).
El Noneto estuvo bien dirigido por Valentín Reiners, quien se encargó de que la música, compuesta por el trompetista Juan Cruz de Urquiza y el guitarrista Juan Pablo Arredondo, dejara espacio para que cada uno de los músicos pudiera expresarse con libertad. Hubo tiempos para solos de trompetas a cargo de de Sergio Wagner y Julián López Di Muro y también para que Santiago Bird dedicara fieles notas al piano de ocasión.
Luego fue el turno de la Big Band del Conservatorio Manuel de Falla. En la dirección estuvo nuevamente Valentín Reiners.
Muchas personas comenzaron a pararse (crispando los nervios de la organización) puesto que no era posible apreciar a los músicos (que eran 17) en tan pequeño espacio. La Big Band sonó ajustada y prolija. Para resaltar, las líneas de contrabajo de Martín Dellassalletta y el solo de saxo que ejecutó Ada Rave.
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